Alvarez Gómez

Álvarez Gómez es, desde hace más de 100 años, sinónimo de tradición, distinción, calidad y estilo propio.

Esta saga arranca cuando tres mozos (Herminio Álvarez Gómez, Belarmino Gómez y Emilio Vuelta Gómez) decidieron abandonar León, su tierra natal y buscar trabajo y fortuna en Madrid.

Empezaron en la droguería de un conocido, situada en la castiza calle Peligros. Cuando el propietario del establecimiento decidió retirarse, aprovecharon la oportunidad para dar un paso importante en su futuro.

Y en 1899, afianzados en su profesión de comerciantes de aromas, se trasladaron a la calle Sevilla nº2. El local se inauguró ya con la marca Alvarez Gómez en el rótulo de la tienda. En su trastienda empezó a celebrarse una tertulia de ambiente agradable y único, en el que se mezclaban los aromas de la perfumería con el del tabaco y el del café. Fue allí donde en 1912 uno de los asistentes  aportó una fórmula de agua de colonia de origen centro europeo, cuyos componentes esenciales (limón, bergamota, romero, geranio, etc…) podían conseguirse de mejor calidad en suelo español. Los fundadores, acostumbrados desde niños a los olores puros del campo, de las flores y las plantas, decidieron que su colonia tenía que ser así: limpia, refrescante y pura.

En 1912 se empezó a fabricar de manera artesanal, en el sótano de esta primera tienda, el “Agua de Colonia Concentrada Álvarez Gómez”, tal y como actualmente la conocemos; una colonia única, de gran clase aunque no elitista. Su frasco de diseño Art Déco resulta totalmente familiar, no solo en muchísimos hogares españoles, sino también en los mejores hoteles y restaurantes de prestigio de nuestro país.

Desde los 90 y ya con una nueva generación al mando, se han alcanzado algunos de los más relevantes hitos; la construcción de una fábrica en la que se estandarizó la producción, el desarrollo de nuevas líneas de productos, la creación de una red de distribución nacional, la profesionalización de las diferentes áreas de la empresa, buscando incorporar excelentes profesionales pero sin perder nunca el carácter familiar de la empresa.